Los celos patológicos en la relación de pareja
Los celos: un sentimiento natural, siempre que no sobrepasen ciertos límites
Aunque no nos guste reconocerlo, todos hemos experimentado alguna vez el sentimiento de los celos: celos de un hermano, de un amigo, de un compañero de trabajo o de nuestra pareja. Este sentimiento, cuando es puntual y no sobrepasa ciertos límites, es natural: en un momento de inseguridad podemos interpretar erróneamente la conducta de los seres que son importantes para nosotros y sacar la conclusión equivocada de que una tercera persona está reemplazando nuestro lugar.
¿Cuándo hablamos de celos patológicos en la relación de pareja?
«Cuando los celos son irracionales, la persona que los sufre no puede gestionar sus emociones y el sentimiento va acompañado de conductas dañinas para uno mismo y para la pareja, es cuando hablamos de celos patológicos»

En las relaciones de pareja es normal que en algún momento experimentemos el temor a perder al otro, el miedo a que la relación termine; como es normal que sintamos celos si la otra persona nos ha dado motivos objetivos para ello siendo infiel, por ejemplo (en el caso de que no hayamos acordado mantener relaciones con terceras personas). Ahora bien, cuando los celos son irracionales, cuando la persona que los sufre no puede gestionar sus emociones y el sentimiento va acompañado de conductas dañinas para uno mismo y para la pareja, es cuando hablamos de celos patológicos.
En la mayoría de los casos, los celos patológicos son producto de una baja autoestima que provoca la dependencia afectiva del otro: la pareja se convierte en la persona que compensa las carencias de uno. Esto hace que se la quiera poseer, como si la pareja fuera una propiedad. De hecho, todavía perdura en nuestra sociedad una concepción del amor romántico que normaliza los celos: algunas personas los entienden como una prueba del amor y la pasión del otro. Por eso aceptan que su pareja ejerza comportamientos de control hacia ellas.
«Normalmente, las personas que sufren celos patológicos no los manifiestan al inicio de una relación. Los síntomas se van presentando de manera sutil a medida que esta avanza»
Asimismo, esta concepción insana del amor se está trasladando en los últimos años a muchos adolescentes, según los datos de los últimos estudios al respecto. Y aunque no podemos responsabilizar a las nuevas tecnologías de los comportamientos controladores (somos las personas las que decidimos utilizar bien o mal las tecnologías), es una realidad que las redes sociales facilitan que los chicos y chicas que no entienden las relaciones de una forma igualitaria intenten utilizarlas con estos fines.
Cómo actúan las personas que sufren celos patológicos

Normalmente, las personas que sufren celos patológicos no los manifiestan al inicio de una relación. Los síntomas se van presentando de manera sutil a medida que esta avanza: empiezan a mostrar rasgos de inseguridad, de baja autoestima, de dependencia afectiva, miedo a la soledad, desconfianza infundada en la pareja, incapacidad para atender a los razonamientos lógicos que se les ofrecen, intolerancia a la vida social y familiar del otro, sentimiento de abandono, obsesión por el pasado sentimental de la pareja e irascibilidad, hasta que sienten la necesidad de controlar por completo la vida de su pareja: sus amistades, su actividad en las redes sociales, las llamadas y mensajes telefónicos, adónde van, sus opiniones, su forma de vestir, la relación con su familia, etc. Al final, cualquier cosa que haga o diga su pareja puede convertirse en un pretexto para provocar una discusión.
Estos comportamientos de control y acoso, en los que el chantaje emocional suele estar muy presente, hay que entenderlos claramente como un tipo de agresión psicológica. En los casos más graves, además, el daño psicológico puede ir acompañado de agresiones físicas. Es fundamental comprender que, sea cual sea el grado de celotipia, los celos son un signo evidente de que la persona que los sufre no ha podido construirse una identidad sana que le permita establecer una buena relación de pareja basada en la confianza y la libertad y el respeto al otro; elementos esenciales en cualquier relación.

Del mismo modo, hay que entender que estas personas necesitan recurrir a un especialista que las ayude a poder determinar la causa de su celotipia y a trabajar a partir de ahí los aspectos emocionales necesarios para construir la confianza en sí mismos y dejar de depender emocionalmente de su pareja. De otro modo, su obsesión por conservarla solo conseguirá prolongar su propio sufrimiento, dañar gravemente a la otra persona y poner en peligro la relación de pareja.
También es importante incidir en que en ningún caso una persona debe permitir que su pareja tenga sentimientos de posesión hacia ella: nadie tiene el derecho de controlar nuestras emociones y coartar nuestra libertad. Además, hay que tener en cuenta que cuando una persona permite que su pareja controle sus correos electrónicos, redes sociales, llamadas, amistades o actividades para “tranquilizarla”, está fomentando su desconfianza. Si se permiten estos comportamientos, hay que preguntarse también por qué y buscar ayuda especializada.
Los celos no son una demostración de amor, sino un síntoma de inestabilidad emocional que se manifiesta como miedo irracional y destructivo a perder a la persona que se ama.
Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos.