«En todos los trastornos de la conducta alimentaria hay una problemática emocional»
La psicóloga Mireia Vives está especializada en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). En esta entrevista nos explica el papel decisivo que todos tenemos en su prevención, ya que, como sociedad, estamos poniendo el acento en un modelo de belleza que contribuye a diluir la línea entre la salud y estos desórdenes en los que siempre subyace un problema emocional.
¿Cuándo se considera que una persona sufre un trastorno de la conducta alimentaria?
Cuando existe una problemática en el modo de alimentarse de la persona que afecta a su salud física y repercute en diferentes áreas de su vida, como la personal, social y familiar. La problemática con la comida puede ser por exceso, por defecto o por otras conductas anómalas como el vómito, conductas compensatorias, rumiación, etc.
¿Qué diferencia hay entre bulimia y anorexia?
La anorexia se caracteriza por la pérdida de peso a causa de un ayuno y/o de una restricción de la cantidad de alimentos. En la bulimia, puede suceder así, pero lo que se desarrolla es la presencia de atracones y las consecuentes conductas compensatorias.
¿En qué se diferencian la bulimia y el trastorno por atracones?
En el trastorno por atracones, a diferencia de en la bulimia, no hay conductas compensatorias. Es decir, en ambos trastornos se dan los atracones, pero las personas con bulimia intentan compensarlos con el uso inapropiado de laxantes y/o diuréticos, con la práctica de ejercicio, con el vómito, etc., para no ganar peso; ese es su objetivo, que es el mismo que el de las personas con anorexia.
¿Las personas con trastorno por atracones no tienen como objetivo perder peso?
En este caso, el miedo a ganar peso es menor que en la anorexia o la bulimia. En el trastorno por atracones hay una menor preocupación por el peso y menos insatisfacción con el cuerpo.
¿Una persona con anorexia no tiene una imagen real de su aspecto físico?
Lo que hay es una distorsión corporal: ellas no perciben su cuerpo como realmente es debido a la insatisfacción que sienten por él: nunca se ven suficientemente delgadas, por lo que no son conscientes de la situación.
¿Hablamos de “ellas” porque afecta más a las mujeres que a los hombres?
Sí, aunque hay que llamar la atención sobre el hecho de que cada vez están aumentando más los casos de anorexia entre la población masculina.
En los últimos años se habla de otros trastornos alimentarios asociados a la obsesión por la salud y la perfección estética, como la permarexia, la diabulimia, etc.
Así es, pero creo que lo más importante es entender que en la base de todos los trastornos de la conducta alimentaria hay una problemática emocional que se canaliza de diferentes maneras a través de la comida.
«Detrás de cada trastorno alimentario hay una historia personal, y una historia personal en la que el trastorno tiene un sentido y un significado para esa persona. Y en ningún caso se padece el trastorno por decisión propia: se desarrolla porque es la única manera que se encuentra para sobrevivir»
¿La relación con la comida y la obsesión por el cuerpo solo son los síntomas?
Sí, es como la punta del iceberg: lo que vemos es esa mala relación con la comida, pero lo que subyace es una cuestión emocional.
Entonces, ¿cada caso es completamente distinto a cualquier otro?
Sí, porque cada caso está relacionado con la historia de vida de esa persona. La causa del trastorno puede estar relacionada con situaciones traumáticas como haber sufrido abusos sexuales o maltrato, con haber perdido a un ser querido, etc.
Hablemos un poco más de esto
Detrás de cada trastorno alimentario hay una historia personal, y una historia personal en la que el trastorno tiene un sentido y un significado para esa persona. Y en ningún caso se padece el trastorno por decisión propia: se desarrolla porque es la única manera que se encuentra para sobrevivir.
¿Por qué castigan su cuerpo? ¿Cuál es la relación que establecen con él?
No hay una sola explicación, pero, puedo poner un ejemplo: una persona puede haber desarrollado anorexia por sentirse incapaz de controlar su vida, porque las cosas la desbordan y no sabe cómo gestionar lo que le ocurre. El mecanismo sería “como no puedo controlar mi vida, controlo la comida”. Esta idea le proporciona una falsa protección, le da seguridad. Es un desplazamiento. Otro ejemplo sería el de los vómitos.
¿Por qué se dan los vómitos?
El vómito actúa como una forma de regularse emocionalmente: necesitan sacar de su interior el malestar que sienten.
¿Expulsan lo que no pueden digerir emocionalmente?
Exacto.
¿La adolescencia es la etapa crítica para el desarrollo de estos trastornos?
Sí, e incluso la preadolescencia: en los últimos años estamos viendo casos que empiezan a desarrollarse a edades muy tempranas.
¿A qué es debido?
En mi opinión, hay muchos factores que están influyendo: vivimos en una sociedad en la que impera el culto al cuerpo, se vierten opiniones sobre el aspecto físico de los demás con mucha ligereza y se busca un reconocimiento desmedido de lo externo. Además, los niños y adolescentes están, a través de las tecnologías, conectados al mundo adulto y se produce como un desajuste entre su parte más niña y las conductas de adultos que adoptan sin estar preparados para ello.
¿Qué papel tienen los amigos a estas edades?
Muy importante, tienen mucha influencia. Por esto es fundamental que la sociedad esté bien informada. Las personas con un trastorno alimentario no son personas superficiales que solo quieren estar guapas y por eso están pendientes siempre de su cuerpo y de agradar. Juzgarlas como si hubieran escogido el trastorno no las ayuda. Lo que sí lo hace es comprenderlas porque son personas con un gran dolor y sufrimiento, y con muy poco amor propio.
Como no se quieren a sí mismas, se castigan
Sí, viven prisioneras de su sentido crítico. Y viven su propio cuerpo como un enemigo.
¿Nuestra sociedad ha distorsionado la idea de salud?
Yo creo que, en nuestra sociedad, la línea entre salud y un trastorno alimentario es muy fina. En este sentido, la sociedad es cada vez menos sana. No deberíamos pensar que hay un único modelo de belleza ni alabarlo tanto, la industria de la moda debería ser más consciente de ello también, y todos deberíamos poner más el foco en la salud psicológica de las personas, que es lo que nos da el bienestar. Hacemos más comentarios sobre lo guapa que es una persona, o sobre lo delgada que está, que sobre lo feliz que se la ve y la alegría que transmite.
Nos hablan mucho de nutrición y deporte, pero poco sobre lo emocional
Así es, todos sabemos lo que hay que hacer para estar sanos físicamente, pero vamos muy perdidos a la hora de estar sanos psicológicamente.
Sigamos, entonces, dando más información. ¿Qué conductas deben alertarnos?
Las frases que denotan que no se ven bien, que no se sienten bien con su cuerpo, por ejemplo. También debe alertarnos que la persona empiece a hacer dietas, a no querer comer algunos alimentos, que coma menos, que no quiera comer lo que los otros miembros de la familia comen; que se dé un aumento en la actividad física, que se salte comidas o tire comida, que se vaya al baño después de las ingestas…
¿También hay cambios emocionales?
Sí, normalmente, las conductas que he comentado van acompañadas de tristeza, menos comunicación, autoexigencia, autocrítica, perfeccionismo y mucha preocupación por las notas del colegio.
Pero el perfeccionismo no es la causa
No, puede ser un factor que influya en su desarrollo, pero no la causa. Hay muchas personas perfeccionistas que nunca desarrollan un trastorno alimentario. Lo que se aprecia, como síntomas, son conductas de tipo obsesivo.
«Hay que pensar que, en las personas con anorexia, por ejemplo, el trastorno actúa como un escudo: la necesitan para sobrevivir emocionalmente»
¿Cómo afecta un trastorno alimentario a la persona que lo padece?
Es de los pocos trastornos psicológicos que puede poner en riesgo la vida de la persona, ya que afecta directamente a su salud. Un trastorno alimentario es un trastorno grave: los niveles de desnutrición de la anorexia pueden llevar a la muerte. Además, se presentan también problemas de ansiedad, depresión, aislamiento, puede haber abuso de drogas, conductas sexuales de riesgo, etc.
¿Son conscientes de que tienen un grave problema?
Normalmente, las personas con bulimia son más conscientes de ello, pero depende mucho de cada persona. A veces, cuando llegan a terapia, lo primero que hay que hacer es todo un trabajo para que tomen conciencia del problema. Hay que pensar que, en las personas con anorexia, por ejemplo, el trastorno actúa como un escudo: la necesitan para sobrevivir emocionalmente. Esta es la causa de que, en muchos casos, haya una gran afiliación en la anorexia: es tal el nivel de desprotección que sienten sin el trastorno, que no son capaces de entender el problema.
La persona con anorexia piensa que esta le hace bien
Sí, así es: la persona piensa que obtiene unos beneficios de la anorexia. Si entendemos que uno desarrolla anorexia porque necesita una protección emocional, se entiende que en estos pacientes se produzca un desplazamiento de todos los problemas que tienen a la comida: es más fácil calcular las calorías de un alimento y restringir comidas que afrontar lo que verdaderamente les preocupa y angustia.
¿Cómo puede ayudar la familia?
Si una familia está informada sobre estos trastornos, podrá ayudar en cuanto observe los primeros síntomas. Actuar enseguida es muy importante. Lo que ocurre es que muchas veces las familias de estos pacientes son familias con problemáticas y no están preparadas para lidiar con un trastorno de este tipo.
¿Ofrecéis acompañamiento y ayuda a los padres?
Sí, es muy necesaria para ellos. Piensa que el problema de sus hijos con la comida es algo que se presenta 3 o 4 veces al día, que se repite continuamente. Es muy complicado. Tienen que poder disponer de las herramientas y estrategias necesarias. Además, emocionalmente es muy duro acompañar a alguien con un trastorno alimentario. Hay que darles apoyo desde el conocimiento del trastorno y hacerlo con calidez porque van a tener que evitar sobreproteger a su hija o a su hijo, ser firmes en algunas cosas y, al mismo tiempo, hacerle saber que están ahí. La terapia familiar es el tipo de terapia que se ha mostrado más eficaz en el tratamiento de estos trastornos.
A algunos padres les debe costar entender por qué su hija o hijo tiene el trastorno
Por esto es esencial la psicoeducación: aunque hace mucho que tenemos conocimiento de estos trastornos, sabemos muy poco de ellos, de su base profunda, emocional. Es esencial que los padres entiendan por qué su hija ha desarrollado el trastorno y acompañarla en su proceso de recuperación de la salud.
Además de la psicoterapia, ¿el tratamiento requiere la intervención de otros especialistas?
Sí, el tratamiento debe ser multimodal: incluir a un nutricionista y, probablemente, a un psiquiatra. Lo primero que hay que hacer en estos casos es evaluar la gravedad del trastorno a nivel físico: cómo está afectando a la salud de su organismo. A partir de aquí hay que considerar qué tipo de tratamiento requiere. Si la persona está grave, tiene pocos recursos propios para ser consciente de su estado y está en riesgo su vida, hay que hacer un ingreso de 24 horas. Si, en cambio, la persona tiene más recursos y una familia que la acompaña, pero, por ejemplo, no puede hacer las comidas sola, será mejor la opción de un hospital de día. En los casos en que la persona dispone de recursos para cuidarse a sí misma y la comida no es el problema principal, lo que se hace es un tratamiento ambulatorio y, paralelamente, se va trabajando también con el nutricionista y el psiquiatra.
¿La recuperación es lenta?
Si realmente se hace un trabajo profundo, sí. Pero este trabajo profundo es necesario para que no haya recaídas o para que la persona no mantenga el trastorno de maneras sutiles en una edad más adulta. Optar por ciertas dietas, en un caso con anterior presencia de TCA, puede significar que la persona persiste en su objetivo de controlar la comida para no engordar y como forma de gestión emocional.
Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos.