Las últimas investigaciones sobre sueño y salud deberían hacerte dormir más
Vivimos en una sociedad en la que muchas personas se vanaglorian de dormir poco, como si dormir 8-9 horas cada día tuviera que avergonzarnos. Pues bien, las últimas investigaciones sobre sueño y salud no solo indican que no deberíamos sentirnos mal por dormir las horas necesarias, sino que nos hacen tomar conciencia de que nuestra salud física y mental, así como nuestra esperanza de vida, dependen en gran medida de ello. Esto es lo que afirma uno de los mejores especialistas del mundo en esta materia, el neurocientífico cognitivo y neurofisiólogo Matthew Walker, que dirige el Laboratorio del Sueño de la Universidad de California, en Berkeley.
Dormir menos de 8 horas tiene múltiples consecuencias para la salud
Según Matthew Walker, desconocemos la magnitud de la importancia que el sueño tiene en nuestras vidas. La prueba de ello es que dos tercios de los adultos duermen menos de ocho horas al día, lo que tiene repercusiones tan graves en la salud como fumar o beber en exceso, y se relaciona directamente con enfermedades como la demencia, la depresión, la ansiedad, la diabetes, el cáncer, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares, además de afectar seriamente a la memoria y a otras funciones cognitivas.
En una entrevista publicada en The Guardian, este experto afirma que dormir es lo más eficaz que podemos hacer para restablecer la salud de nuestro cerebro y de nuestro cuerpo; una afirmación que ha argumentado con los resultados de sus últimas investigaciones en el Encuentro de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva que se celebró hace unos días en San Francisco. Resumimos tanto las ideas más importantes de su intervención como las de sus estudios publicados con anterioridad:
1. Dormir lo necesario (o no hacerlo) repercute en nuestra salud mental: ya hay pruebas de que el sueño actúa como una forma de terapia durante la noche, calmando y regulando nuestras emociones y los trastornos psiquiátricos (cuando este especialista habla del sueño, se refiere al sueño natural, no al sueño inducido con fármacos).
2. La interrupción del sueño es un factor que contribuye al deterioro cognitivo; un factor que hasta ahora se había subestimado. Ser conscientes de esto es importante porque, así como, de momento, la medicina no puede tratar otros factores relacionados con este tipo de deterioro, sí podemos intervenir en mejorar la calidad y duración de nuestras horas de sueño para preservar funciones como la del aprendizaje y la memoria (funciones que se ven afectadas cuando se interrumpe la fase REM del sueño; una fase en la que, además, es más difícil entrar si disminuimos el tiempo de sueño).
3. Nuestra esperanza de vida está directamente relacionada con nuestras horas de sueño: dormir poco predice o causa mortalidad. Esto se debe a que durante el sueño nuestros sistemas fisiológicos y los de nuestro cerebro se revisan y reparan.
4. Las enfermedades más importantes causantes de la mortalidad en el mundo desarrollado tienen vínculos significativos y causales con la falta de sueño (además de las que hemos citado al principio, hay que añadir la hipertensión, la obesidad, las infecciones y el suicidio). Pensemos que dormir menos de siete horas debilita nuestro sistema inmunitario.
5. Asimismo, según este especialista, ya hay evidencias científicas de que el déficit de sueño en los adolescentes es un factor desencadenante de esquizofrenia y depresión (la adolescencia es la etapa de la vida en la que empiezan a emerger muchos trastornos de salud mental).
6. El sueño reparador es tan importante antes de iniciar un aprendizaje nuevo como después de aprender algo: es imprescindible para que los conocimientos se fijen en nuestra memoria.
7. Dormir lo suficiente o no hacerlo afecta a todo el organismo, razón por la que en su laboratorio no investigan el cerebro de forma aislada, ya que hoy se sabe que este se comunica con todo el cuerpo: por ejemplo, están viendo que hay una relación directa entre el microbioma intestinal y el sueño.
8. Los hombres que duermen cinco horas o menos tienen testículos significativamente más pequeños que aquellos que duermen siete horas o más. Además, los que habitualmente duermen de cuatro a cinco horas por noche tendrán un nivel de testosterona equiparable al de una persona diez años mayor. Es decir, la falta de sueño provoca que un hombre envejezca una década en este aspecto crítico del bienestar y la virilidad. También han visto que dormir poco afecta a la fertilidad de las mujeres.
Por último, si tienes la costumbre de ir apagando el despertador cada cinco minutos por la mañana, debes saber que es algo que perjudica a tu organismo: interrumpir el ciclo de sueño y volver a reiniciarlo provoca que se altere tu ritmo cardíaco, que se descontrole la presión arterial, es una causa de fatiga, afecta a la memoria y disminuye la capacidad de reacción.
Si quieres saber más sobre las investigaciones de Matthew Walker, en 20017 publicó el libro Por qué dormimos (Why We Sleep).
En nuestro centro, tratamos los trastornos del sueño. Si quieres hacernos una consulta sobre la terapia, ponte en contacto con nosotros.